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El jinete y su elefante

Mural elefante de guerra

Jonathan Haidt cuenta en su libro el concepto metafórico del “jinete y el elefante” para describir nuestro control de los impulsos y acciones emocionales.

Tanto el elefante como el jinete se encuentran en cada uno de nosotros y representan diferentes aspectos de nuestra psique. El jinete es inteligente con un control sobre las riendas que guían al elefante en sus tareas (o a través de la vida). El jinete puede ver la tarea en general, es responsable de ella y tiene el juicio y las habilidades para cumplirla. El jinete está asociado con nuestra conciencia, nuestro pensamiento consciente y controlado y la planificación del futuro. Quizás los viajes sean como el Superyo de Freud y el Yo.

El elefante, por otro lado, es el resto de nuestra psique; Incluye miedos, emociones, intuiciones y reacciones viscerales. Contiene el centro de recompensa y refuerzo en nuestro cerebro y encarna los poderosos impulsos que acechan en las partes más arcaicas de nuestro cerebro que han ayudado a nuestra especie a sobrevivir. Al igual que el jinete, el elefante tiene conocimiento, pero de un tipo diferente. Es más como el ello de Freud o los impulsos instintivos primitivos. En nuestra psique, el elefante representa impulsos y apetitos que quizás sean más inconscientes que conscientes.

Cuando un jinete experto se une a un elefante fuerte, ambos pueden hacerlo bien y lograr mucho. Sin embargo, y aquí está el punto, el elefante dentro de nosotros, siendo tan grande y poderoso en comparación con el jinete que está dentro de nosotros, hará lo que quiera o sienta que debe hacer bajo ciertas circunstancias. Si el elefante es atacado repentinamente por un centenar de tigres, reaccionará poderosamente y no prestará atención al jinete, sin importar qué tan informado esté el jinete sobre la lucha contra los tigres. Cuando un estímulo golpea al elefante como abrumadoramente peligroso, los impulsos reflexivos toman el control y el pensador racional se queda luchando por el control. El jinete es vulnerable a perder el control del elefante.

Esta es una de las formas en que podemos pensar en la adicción o el abuso de drogas Las drogas son vistas tanto por el jinete como por el elefante dentro de nosotros, y la pregunta es, ¿quién controlará nuestras acciones? Si nuestro apetito por las drogas domina, el elefante podría hacerse cargo. Los impulsos y apetitos primitivos que han asegurado la supervivencia de nuestra especie son muy fuertes. Si el jinete sensible tiene una influencia sobre el elefante y puede guiar sus acciones, podríamos evitar las drogas. Si tomamos drogas o no depende de nuestra vulnerabilidad general (cuánto lo quiere el elefante en comparación con la habilidad y la determinación del jinete para evitarlo). Un factor importante es si el jinete ha sido bien entrenado y si el jinete ha entrenado bien al elefante en su interior. La respuesta a las crisis puede prepararse, al menos hasta cierto punto.

¿Qué pasa con la responsabilidad del jinete sobre el elefante? Todos sabemos que no podemos renunciar totalmente a la responsabilidad del control de nuestro elefante. Si tomamos drogas y tenemos un accidente, somos responsables. Si tomamos drogas ilegales y tenemos que enfrentarnos a la ley, es culpa nuestra. Está claro que debemos asumir la responsabilidad de mantener la ley y la sociedad. Pero quizás haya algunas circunstancias, el equivalente a la aparición de un tigre hambriento, donde el control absoluto por parte del jinete disminuye y su responsabilidad se reduce. Tratar con estas circunstancias difíciles requiere sabiduría y a menudo ayuda.

Resumen

El principal mensaje de este capítulo es que las personas podrían tener que esforzarse mucho para cuidarse a sí mismas. Si tienen factores de riesgo para convertirse en usuarios de drogas, deben prestarles atención. Si hay algunos que no pueden evitar, como los factores genéticos o drogas en el medio ambiente, entonces tienen que trabajar doblemente para controlar los factores de riesgo que tienen. Si se venden drogas o están disponibles, entonces es importante evitar esos lugares y personas y practicar la habilidad de decir no. Una conferencia con un médico u otro profesional sería útil.